El pasado 31 de mayo, la vida de la excompetidora de Calle 7, Maria Eugenia Torres cambió por completo, pues vivió en carne propia la deflagración por fuga de gas que se dio en el P.H. Costa Mare y por la cual perdió la vida un bebé de 10 meses, mientras que su madre y su otro hermano, permanecen recluidos en hospitales especializados en Estados Unidos.
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La modelo quedó tan afectada, que le tomó semanas poder hablar de esta terrible experiencia que la mantiene tomando pastillas para poder dormir.
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Una noche normal
Aquella noche, Maru estaba en su apartamento junto a su novio y su mascota; mientras él jugaba FIFA en PlayStation, ella miraba Instagram. Eran pasadas las diez de la noche, cuando de repente hubo un estruendo muy grande. Ella de inmediato sufrió un ataque de pánico porque estaba bajo mucho estrés por su reciente operación en la rodilla tras su salida de la competencia por la lesión.
Maru contó que la desesperación tras la explosión fue colectiva y muy traumatizante. Era como una zona de guerra, con gritos y llantos de adultos y niños, personas desorbitadas; había caos; un escenario desgarrador por el miedo que los embargaba. Mientras que me contaba lo vivido aquella noche, a mí se me estremecía el cuerpo.
Como ustedes saben, el lugar fue declarado inhabitable por los bomberos, así que al igual que el resto, tuvieron que irse de su hogar. Gracias a Dios, sus padres también viven en Costa Sur, pero en otra barriada y le dieron posada.
Terapias y unidad tras la tragedia
Maria Eugenia recalcó que durante todo este tiempo han recibido muchísima ayuda. "Ha sido increíble cómo se reaccionó ante esta situación. Hemos recibido charlas semanales, han venido psiquiatras todas las semanas. Los vecinos han estado muy unidos, tenemos un grupo y allí estamos ayudándonos todos".
Aunque siempre le vienen recuerdos de lo ocurrido, este pasado domingo regresó junto a su pareja y mascota a su apartamento. Aún no tienen gas y no lo tendrán por quizás tres semanas más, pero necesitaban volver, pues como familia, necesitan su propio espacio. "No podíamos seguir viviendo en casa de mis papás, porque no es nuestra casa, nuestras cosas, nuestra vida. Todo cambió, ya no es la misma rutina. Ahora por fin estamos durmiendo acá y si te soy sincera tengo miedo, todas las noches tengo miedo; yo no me atrevía a venir a Costa Mare sola... no es ser exagerada porque yo entiendo que uno es dramático, pero me daba miedo estar sola y que vuelva a pasar una situación", dijo.
Piensa que fue un milagro
Panamá fue testigo de esta desgracia. La excompetidora asegura que todo ha tenido que ser reparado. "se donó muchísimo: muebles, ropa, comida, para los más afectados".
Pese a lo ocurrido, "yo creo que un milagro que pasó fue que esa explosión fue de noche y no de día, porque la razón de que no hubo tantos heridos fue porque todas las persianas de los apartamentos estaban abajo, por lo tanto aguantaron los vidrios", mencionó.
Maru vive un día a la vez. Su edificio aún tiene afectaciones, aunque sí se han adecuado ciertas áreas. Sigue con sus terapias de rodilla ya que su recuperación se ha visto afectada por el esfuerzo que tuvo que hacer aquella noche.
'Esto me ha cambiado la vida. Siento que en las noticias se criticó mucho y nadie en verdad entendió lo que se vivió aquí y por eso es que hubo tanto apoto'.